Entrada a Iwagakure no sato

Off:

La entrada a Iwagakure no sato esta resguardada por dos enormes estatuas simbolizantes a el primer y el segundo Tsuchikage, estas son movidas por ninjas de la misma aldea con chakra elemental del tipo Doton.
On:

Hoy era un día bastante caluroso, aunque corría una suave brisa. Este día anunciaba la temprana llegada del otoño. Yo caminaba, con paso bastante tranquilo, aunque en mi interior se notaba un nerviosismo poco común, pero algo bastante especial. Después de 7 meses de viaje por el mundo, volvía a mi villa, la que me vio crecer y ahora me veía en la obligación de defenderla, aunque una obligación que me hacia sentir bien, y que la realizaría con mucho gusto a partir de hoy, el día de mi regreso.

Poco a poco divisaba la impresionante puerta de Iwagakure no sato, y la estatua de los anteriores héroes defendiéndola. La puerta se encontraba cerrada, como era común ha esta hora. Me encontraba a 20 metros, cuando 2 de los guardianes saltaron de la muralla para ponerse a mi altura y registrarme, para permitirme o no la entrada a mi villa. Uno de ellos me dijo con voz potente, como para intimidar a los posibles asaltantes a la villa

-¿Quién eres? ¿Qué vienes hacer ha esta villa? Ten cuidado con lo que respondes, podría costarte la vida.

Una sonrisa se dibujo en mi rostro, aunque mi sombrero de pescador no le permitió a los allí presentes darse cuenta de eso. Pasaron unos minutos, y la paciencia de aquellos guardias se estaba agotando. Con un tono tranquilo y sencillo le dije al guarida que me hablaba.

-Qué pasa… ¿Ya no reconoces al Tsuchikage?-Mientras pronunciaba estas palabras, levante mi cabeza y desaté mi sombrero, dejando al descubierto mi cara.

Los guardias allí presentes, al ver mi cara, se quedaron extasiados. El silencio se hizo notar, y solo se escuchaba el suave silbido de la brisa. El compañero del guardia, intento balbucear algo.

-Tsuchi…kage…sama… por fin ha vuelto. No le reconocíamos…pase a su villa por favor -Al terminar de decir esto, hizo una señal, y la puerta se empezó abrir. Me quede observando como las grandes estatuas se separaban, y me dejaban volver a Iwagakure no sato. Sin miedo, empecé a caminar hacia dentro de la aldea. Me giré a los dos guardias que me interrogaron y con un tono amable les dije

-Gracias…

Estos sonrieron, y fueron a la muralla, y empezaron a decir a los demás guardias que el Tsuchikage había vuelto. La noticia se empezó a expandir por toda la villa. Yo entré en esta y detrás de mi se cerró la puerta. Empecé a caminar en dirección al que seria mi despacho, observando toda la villa.